La Buena Nueva: domingo 23 de septiembre de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del vigésimo quinto Domingo del tiempo ordinario ciclo B (23-09-2012):

  • En el Evangelio de hoy (Marcos) encontramos dos ambientes donde se mueve Jesús. El primero es el camino, término de itinerancia y movimiento. Allí Jesús instruye a los discípulos sobre la traición, el dolor, la cruz y la resurrección.
  • Los discípulos no entienden nada pero tienen miedo de pedir explicaciones.
  • Ciertamente, cuando vivimos de una manera tan rápida que no nos detenemos siquiera para pensar un momento, entonces dejamos pasar los hechos de nuestra vida sin entender nada y, más aún, sin pedirle a Dios explicaciones. Algunas cosas tendrán un sentido inmediato, otras serán posteriores y habrá aquellas que, definitivamente, no entenderemos. Nos resuenan las cruces, pues son mucho más impactantes, y no observamos las pequeñas resurrecciones diarias que son casi imperceptibles.
  • Por su puesto, al faltarnos oración, comenzamos a buscarnos a nosotros mismos, dando cabida a los deseos de poder e importancia ante los demás. De eso venían hablando por el camino los discípulos y de eso hablamos nosotros taaaaantas veces.
  • La vergüenza de distraernos de lo importante y dejarnos llevar por tonterías, nos sumerge en el silencio. Ante tanto dolor y sufrimiento, yo en lo que pienso es en mí y en mis ansias! Qué mal, Señor!
  • En el segundo ambiente, es decir ya en casa, en intimidad y sentados en torno a la mesa, la palabra de Jesús es tajante y hace referencia a dos actitudes vitales: “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos!”.
  • Servicio haciéndose tan pequeño como un niño, en la inocencia y en la alegría.
  • De allí, los niños se convierten en el rostro visible de Dios.
  • Esta semana te invito a ser servidor de todos, como el niño más pequeño de la casa, que se encuentra sujeto a la obediencia de sus mayores.

La Buena Nueva: domingo 16 de septiembre de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del vigésimo cuarto Domingo del tiempo ordinario ciclo B (16-09-2012):

  • Este texto del Evangelio aparece repetidas veces en el año litúrgico, pero siempre para decirnos cosas nuevas.
  • Jesús nos pregunta a cada uno de nosotros ¿quién decimos que es él? Y depende de nuestra experiencia con el Señor la respuesta que le demos. Algunos, llevados por un conocimiento muy superficial del Salvador, dirán que es un hombre bueno, con muchos poderes, un gran profeta… incluso, gastarán muchos esfuerzos, tiempo y dinero en anunciar esa figura reducida de Jesús. Otros, podremos decir como Pedro: “Tú eres el Mesías”, es decir, el Hijo de Dios vivo, Dios y hombre verdadero, mi redentor y salvador…
  • Pero esa profesión de fe no es algo romántico. En primer lugar, Jesús nos pide que no hagamos espectáculos con nuestra experiencia de salvación: “Y les ordenó que no se lo dijeran a nadie”, dice el Evangelio de hoy. Y es que para quien tiene una verdadera experiencia de Dios, es algo tan íntimo que no puede expresarse con palabras.
  • Como segundo punto, encontramos que quien descubre verdaderamente al Mesías, recibe la gracia de abrazar las cruces de la vida diaria, cargar con el propio sufrimiento y el de otros pero con la mirada puesta en la resurrección. Las perspectivas de escape o de evitar el sufrimiento que surge del amor, son malos consejos para el alma, incluso palabras que nos pueden convertir en Satanás por muy buenas que sean nuestras intenciones. Por eso es tan importante el escuchar la Palabra de Dios, para saber dónde está el verdadero bien y el mal.
  • Por último, el Señor nos pide radicalidad. No quiere que nos entreguemos a medias, sino por completo. Así, si nos decimos cristianos, pues debemos cargar con nuestra cruz y seguirle. Cada estilo de vida trae su cruz; cada situación viene con sus dificultades. Lo importante es no perder de vista el sentido de vida eterna y de resurrección, pues allí hemos sido llamados.
  • Te invito a que esta semana puedas reconocer tu cruz y ofrecérsela al Señor, pidiéndole también ayuda para cargarla, pues lo haces por amor a él y a tus hermanos.

La Buena Nueva: Domingo 9 de septiembre de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del vigésimo tercer Domingo del tiempo ordinario ciclo B (09-09-2012):

  • Jesús se acerca a un sordo y tartamudo. Quienes lo acompañan le piden a Jesús que le cure.
  • Cristo hace un gesto que pudiera parecernos hasta algo asqueroso hoy en día: toca con su saliva la lengua y los oídos. Este gesto significa que el mismo Jesús, que es la Palabra viva, nos libera de todo aquello que proviene del pecado.
  • Jesús libera, sana y salva del pecado.
  • Debemos entender que esta Palabra viva debe tocar todo nuestro ser para liberarnos de nosotros mismos, del egoísmo. Nuestra falta de amor se ilumina con la Palabra. Por eso debemos dejarnos tocar por esa Palabra de Jesús.
  • El que se deja tocar por la Palabra de Dios aprende a expresarse desde la sabiduría del Señor.
  • ¿Cómo dejarnos tocar por la Palabra? Con la oración, la Eucaristía y vivencia de los Sacramentos, con la lectura de la Biblia, con la escucha de los demás.
  • ¿Cuántas personas están esperando ser curados por la Palabra? ¿Te atreves a ser portador de la Palabra para abrir oídos y desatar lenguas?

La Buena Nueva: Domingo 2 de septiembre de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del vigésimo segundo Domingo del tiempo ordinario ciclo B (02-09-2012):

  •  El Evangelio de hoy nos presenta dos problemas: ¿son válidas las tradiciones? ¿de dónde viene el mal?
  • Aún hoy en día, estas cuestiones siguen vigentes, pues se absolutizan posiciones que defienden ritos y tradiciones sin saber de dónde vienen, solamente porque las cosas han sido siempre así. No estoy diciendo que los ritos y tradiciones no sean necesarios ni válidos; al contrario. Los ritos y tradiciones nos ayudan a tener una identidad común como pueblo y como iglesia, pero entender de dónde vienen y porqué surgieron nos ayudan a vivirlos en su propio contexto. En el caso de la pureza o impureza de las manos presentado en el Evangelio de hoy, es claro que la razón inicial era por salubridad. El problema está cuando la limpieza de las manos se absolutiza y se le da un carácter sagrado, transformando en pecado una simple violación a una norma sanitaria (todos nosotros hemos escuchado al sentarnos a la mesa la pregunta “¿te lavaste las manos?”). De la misma forma sucede con los detalles litúrgicos hoy en día: algunos se hacen sin entender su sentido.
  • Por lo tanto, la tradición no es mala, pero se debe comprender en su sentido más profundo.
  • Por otra parte, los diez mandamientos nos ayudan a relacionarnos mejor entre todos. Son una medida objetiva del amor al prójimo. Por eso, no podemos estar jugando con ellos.
  • Hoy Jesús también nos insiste en cuidar lo que hay dentro de nuestro corazón. Las condiciones externas a nosotros no son las que nos dictan el comportamiento que tengamos, somos nosotros mismos los que escogemos entre el bien y el mal. Ese es el sentido más profundo de la libertad humana. Así, la gente y la sociedad que nos rodea puede insinuarnos algunas tentaciones, pero la decisión de pecar o no es personal.
  • Esta semana te invito a que veas con cuidado tus opciones y te des cuenta de lo que realmente hay en tu corazón.

La Buena Nueva: Domingo 26 de agosto de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del vigésimo primer Domingo del tiempo ordinario ciclo B (26-08-2012):

  •  Como comentábamos la semana pasada, para la comunidad que escribe el Evangelio de Juan es importantísimo reflexionar sobre el sentido de la Eucaristía. Por eso, hoy continúa la lectura del capítulo sexto, pero con un vuelco que encontramos en los primeros versículos leídos.
  • Al afirmar Jesús “mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”, muchos de sus discípulos se escandalizaron. Sí, querido hermano radioescucha, algunos se escandalizaron de lo que cada día hacemos en la Eucaristía. Y visto desde fuera e inocentemente pudiera parecer que no hay razón para escandalizarse así. Pero tratemos de presentar rápidamente algunos motivos de ese escándalo.
  • Un primer motivo ya lo asomamos en programas anteriores: Jesús se identifica con el Cordero inmolado para el perdón de los pecados. Lógicamente, esto podría sonar a una blasfemia, pues ¿quién es éste para perdonar los pecados si eso solamente lo puede hacer Dios? Entonces, la promesa de Jesús de ser él quien cargue con el pecado del mundo, escandaliza a sus seguidores, pues es equivalente a declararse Dios. Claro, para nosotros hoy en día es fácil comprender esto pues sabemos que Jesús es el Hijo de Dios.
  • Un segundo motivo de escándalo es la promesa que hace Jesús de vida eterna. El pueblo judío aún no tenía muy claro lo que pasaría luego de la muerte: para unos, ciertamente se esperaba la resurrección; para otros, todo quedaba allí, en la muerte, terminando definitivamente la existencia. Existía tanta discrepancia en este sentido que en alguna ocasión San Pablo aprovechó esas discusiones para desviar la mirada a las acusaciones hechas a él y lograr escapar. Lo cierto es que con la resurrección de Jesús, todas estas dudas terminan para nosotros, los cristianos. Sabemos que disfrutaremos de la vida eterna como un don regalado por Dios a la humanidad; sabemos que esa eternidad la podemos vivir en la plenitud del amor o en la soledad total, de acuerdo a las elecciones realizadas en esta dimensión llamada vida terrenal. Así, cuando Jesús dice que él es la vida eterna, entonces nos está diciendo que siguiendo su palabra y alimentándonos de él podremos disfrutar plenamente del amor de Dios que llega a su culmen en la eternidad.
  • Como tercer motivo de escándalo vemos que Jesús abre la puerta de la salvación. De esta manera, no se salvarán únicamente los israelitas, es decir el pueblo escogido, sino que se inicia un nuevo pueblo escogido, su Iglesia. La salvación no viene a través de un linaje, sino de la vida que el Espíritu Santo nos brinda y la manera como acogemos esa vida. El primer movimiento de llamada lo hace Dios padre y así deja de ser la salvación algo garantizado por pertenecer a un pueblo, siendo gracia de Dios ofrecida a todos pero solamente aceptada por algunos, es decir por quienes no se escandalizan de la Palabra de Dios que es Jesucristo.
  • El cuarto motivo de escándalo es más profundo y pienso que aún hoy en día puede ser escandaloso para algunos. Lo encontramos en la frase que hemos comentado la semana pasada, pero que hoy enfocamos desde otra perspectiva: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”. En cada consagración nos insertamos en la ofrenda del cuerpo y sangre de Jesús que son entregadas por la salvación de todos. Pero esas palabras no las dice el sacerdote solamente en nombre de Cristo, sino en nombre propio, en nombre de la asamblea que celebra y de toda la Iglesia creyente. Cada cristiano ofrece su cuerpo y su sangre por la salvación del mundo. Esto puede ser lo más escandaloso, pues es el compromiso real del cristiano: ofrenda de amor a Dios y a la humanidad.
  • Por eso la pregunta que hace Jesús a los Doce también la dirige a cada uno de nosotros: ¿También ustedes quieren dejarme? Y es en ese momento cuando debemos optar, renovando o no nuestro compromiso cristiano de seguimiento, incluso en la cruz y el dolor.

Hagamos de la respuesta de Pedro nuestra oración del día de hoy: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.

La Buena Nueva: Domingo 19 de agosto de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del vigésimo Domingo del tiempo ordinario ciclo B (19-08-2012):

  •  Continuamos con la reflexión del discurso de pan de Vida presentado por el Evangelio de Juan.
  • Para comprender el texto de hoy, es importante saber para quién está escrito el evangelio de Juan: para comunidades que han ido conociendo el cristianismo pero que se encuentran inmersas en la cultura griega. Muchas de estas comunidades están conformadas por paganos convertidos al Evangelio, es decir, no conocían las tradiciones judías.
  • Y esto es muy importante tenerlo claro. Pues para el judío no era extraño el asumir que el pan pascual, llamado matzá, representara al cordero inmolado. Esto se debía a un recuerdo de la segunda esclavitud, es decir, cuando el pueblo judío fue esclavizado y deportado a Babilonia. Allí, para la celebración de la cena pascual, los judíos no podían comer cordero pues no lo poseían; por eso, el pan sin levadura pasa a representar el cordero, costumbre que llegó a los tiempos de Jesús.
  • Es decir, cuando Jesús habla de comer su carne y beber su sangre, claramente se está identificando con el pan y vino pascual, y, por lo tanto, con el cordero inmolado.
  • Claro, para el pueblo judío eso era comprensible, aunque la pregunta ¿cómo puede éste darnos a comer su carne? La haya colocado el evangelista en boca de los judíos. Pero para los pueblos paganos, especialmente el pueblo romano y griego, para quienes no era extraño haber pasado por etapas de sacrificios humanos, el escándalo fue grande, llegando a decir incluso que los cristianos eran caníbales, pues en sus fiestas mataban y se comían a un tal Jesús. ¡Pobre gente que no podía comprender el carácter simbólico, y mucho menos el Sacramental de la Eucaristía!
  • Y aquí deseo incluir en nuestra reflexión de hoy un aspecto importante: el pan eucarístico no representa a Jesucristo; es Jesucristo. La realidad sacramental no es un mero símbolo, es la presencia viva y activa de Dios en medio de su pueblo. Por eso, cada vez que comemos el pan eucarístico estamos comiendo a Jesucristo, permitiendo que él viva verdaderamente en nosotros. Este es tal vez el mayor de los milagros de nuestro Dios.

Por eso, te invito a que esta semana te animes a revisar tu vida y, mediante un buen examen de conciencia y una confesión sacramental, es decir con sacerdote incluido, para que así puedas alimentarte de este pan de vida eterna.

La Buena Nueva: Domingo 05 de agosto de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del décimo octavo Domingo del tiempo ordinario ciclo B (05-08-2012):

  •  El domingo pasado, con el texto de la multiplicación de los panes, iniciamos la reflexión de la llamada parte eucarística del Evangelio de san Juan.
  • Por eso, este domingo Jesús nos invita a trabajar por el alimento que dura para la vida eterna, es decir, el pan Eucarístico, el cuerpo y sangre del Señor. Ese es el alimento dado por el Hijo del hombre, por Jesucristo.
  • Y he allí un detalle muy importante sobre la realidad sacramental de la Eucaristía. El pan y el vino una vez consagrados se convierten en el cuerpo y sangre del Señor, por lo que no son meros símbolos, sino una realidad trascendente, es decir se transforman en algo que va más allá de su apariencia y de nuestros propios sentidos.
  • La fe en esa realidad oculta en la apariencia de pan y vino es la expresión máxima de la obra de Dios en nosotros. Ciertamente, la Eucaristía es capaz de alimentar nuestra vida de fe y darnos las fuerzas del mismo Dios en nosotros.
  • Jesús es el pan que baja al cielo y en cada Eucaristía se da a nuestra vida. Él es quien nos transforma, calmando nuestra hambre y sed de Dios, colocándonos en una relación justa entre la repartición del pan material y el pan espiritual. Ambos se complementan para dar vida en plenitud al ser humano.

Por eso, es importante prepararnos para recibir al Dios de la vida en el pan Eucarístico. Te invito a que este domingo recibas al Señor Jesucristo en tu corazón, ya sea con la comunión Eucarística si estás preparado para ella o en la comunión espiritual, contemplando el sacramento de la Eucaristía y entablando un diálogo con nuestro Dios que se hace pan para nosotros.

La Buena Nueva: Domingo 22 de julio de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del décimo sexto Domingo del tiempo ordinario ciclo B (22-07-2012):

  •  Ya está aquí el tiempo de vacaciones y en el Evangelio de hoy, Jesús nos enseña lo importante que es descansar después del arduo trabajo. Los apóstoles llegan cansados, pero emocionados, contándole a Jesús todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús, por su parte, les invita a descansar.
  • A veces, en nuestra vida diaria, estamos tan abrumados por el trabajo que no tenemos tiempo para nosotros mismos. Nos afanamos en miles cosas, incluso a veces las hacemos como algo automático, sin mucho sentido. Y nos da pereza descansar verdaderamente.
  • ¿Cómo es eso? Pues muy fácil. Descansar verdaderamente significa tener tiempo para que todo nuestro ser se ponga en orden, dejando que se asienten las experiencias y vayan cobrando sentido dentro de nosotros. Así, este tiempo exige de nosotros dos cosas: primero, ser capaces de sentirnos a nosotros mismos, contemplarnos, pensarnos. Esta acción es importante para entendernos. Lo segundo es tiempo para estar con Dios, en oración, dejando que Él llene nuestros vacíos y le dé sentido a nuestra vida.
  • Estas cosas no las podemos hacer en el bullicio de la cotidianidad. Necesitamos apartarnos. Y hacerlo sin preocuparnos por la acción. Los pastoralistas a veces estamos muy preocupados por la obra y se nos olvida que el descanso también es parte de la Evangelización, pues es allí donde podemos tomar fuerzas para seguir adelante.
  • Por otra parte, en este Evangelio se nos muestra la compasión de Jesús. Él ve al pueblo que le esperaba y “se compadeció de ellos porque andaban como ovejas sin pastor”. Tú eres parte de ese pueblo. Tú también, en tus momentos de desánimo y de cansancio estás como oveja sin pastor. Y allí se encuentra Jesús para seguirte enseñando.
  • Por eso, en este tiempo de vacaciones, aprovecha y vete a un lugar apartado, rompe con tu rutina, no te llenes de actividades y tómate tiempo para ti y para Dios. Lee, disfruta una buena película, de la playa o de lo que te guste hacer y encuentra también esa Gracia del Señor que se encuentra en toda la creación.

La Buena Nueva: Domingo 15 de julio de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del décimo quinto Domingo del tiempo ordinario ciclo B (15-07-2012):

  •  Jesús envió a los doce y continúa enviando a cada uno de nosotros a ser misioneros en el mundo, en nuestros ambientes naturales;
  • Pero hay un detalle que debemos cuidar: Jesús nos envía de dos en dos. En ocasiones olvidamos esa dimensión comunitaria de la misión y queremos ser nosotros mismos nuestros “Jefes”… Claro, eso sucede porque el trabajo en comunidad es más difícil, pero realmente es mucho más fecundo. Siempre me he admirado de cómo las grandes corporaciones tienen esa verdad sobre el trabajo en grupo tan claro, y cómo, de manera paradójica, en la Iglesia no lo tenemos para nada claro: muchos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos empeñados en llevar adelante sus propios proyectos, en lugar de compartirlos en comunidad para acrisolarlos con la oración común y los comentarios de todos… Por eso, aunque el mismo Jesús nos da el poder sobre los espíritus inmundos, no podemos hacer nada, pues estamos aferrados a nuestras convicciones.
  • Y allí vemos cómo estos discípulos se van sin nada a predicar. No creo que quiera decir el Señor que debemos irnos con una sola camisa, unos pantalones y una sola muda para las misiones, mas sí que es necesario estar plenamente abiertos a la verdad que Dios nos presenta en el camino, sin aferrarnos a los medios, sino con la mirada puesta en el Reino de Dios.
  • Como misioneros que somos todos los cristianos, debemos ser conscientes de la Gracia que portamos: desear la paz con el gesto tan hermoso que tenemos en nuestra patria de bendecir, es mucho más que un deseo piadoso, es tener la convicción de que a través de nuestras palabras se hace vida la bendición de Dios para quienes se la damos.
  • Si por el contrario, nos sacudimos las sandalias porque no se ha recibido la buena noticia de Dios, de la cual somos portadores, estamos librándonos de la responsabilidad que tenemos de la salvación de nuestros hermanos pues la hemos ofrecido, pero ellos la han rechazado.
  • Hoy más que nunca necesitamos ser verdaderos misioneros enviados por Jesús expulsando los demonios de la división, el odio y la violencia; ungiendo con el aceite de la misericordia y de la verdad a quienes están enfermos de cuerpo y alma, para que realmente se sanen. ¿Cuántas enfermedades surgen por el estrés de tanta preocupación sin verdadero sentido? ¿Cuántos de nuestros hermanos necesitan una palabra de esperanza para sus vidas y nadie se la brinda? ¿Cuántas ocasiones dejamos pasar de ser verdaderos misioneros del Señor?

Te animo a que esta semana seas tú un verdadero portador de la Buena Noticia. Ponte de acuerdo con un familiar o un amigo, y al final del día compartan la experiencia de ser misioneros, así haremos vida hoy el envío de dos en dos hecho por Jesús.

La Buena Nueva: Domingo 8 de julio de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del décimo cuarto Domingo del tiempo ordinario ciclo B (08-07-2012):

  • Jesús visitaba a sus familiares y amigos, así lo atestigua el Evangelio de hoy.
  • Allí, enseñaba en la sinagoga. Pero sus coterráneos, en lugar de alabar a Dios por tal sabiduría, cuestionaban el poder de Jesús.
  • Encontramos en este texto un par de frases que, sin una exégesis correcta, pueden confundirnos. Dice el Evangelio: ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¡No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?
  • La palabra hermano para el hebreo de tiempos de Jesús, englobaba tanto a los hermanos carnales como a los primos hermanos. Así, se utiliza en este contexto refiriéndose a los primos hermanos de Jesús. De otra forma, nada más con mencionar a la madre era suficiente como referencia.
  • Por último, la falta de fe es una limitación a la acción del poder de Dios en nosotros. Si no tenemos fe, Dios por más que quiera hacer el bien en cada uno de nosotros, no podrá, pues él no nos obliga a nada. Así que se convierte este evangelio en una invitación a la fe, pero al mismo tiempo nos anima a continuar haciendo el bien, aunque quienes nos rodean no crean en la obra de Dios que se manifiesta en nosotros.