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La Buena Nueva: Domingo 26 de agosto de 2012

Ideas para la meditación del Evangelio del vigésimo primer Domingo del tiempo ordinario ciclo B (26-08-2012):

  •  Como comentábamos la semana pasada, para la comunidad que escribe el Evangelio de Juan es importantísimo reflexionar sobre el sentido de la Eucaristía. Por eso, hoy continúa la lectura del capítulo sexto, pero con un vuelco que encontramos en los primeros versículos leídos.
  • Al afirmar Jesús “mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”, muchos de sus discípulos se escandalizaron. Sí, querido hermano radioescucha, algunos se escandalizaron de lo que cada día hacemos en la Eucaristía. Y visto desde fuera e inocentemente pudiera parecer que no hay razón para escandalizarse así. Pero tratemos de presentar rápidamente algunos motivos de ese escándalo.
  • Un primer motivo ya lo asomamos en programas anteriores: Jesús se identifica con el Cordero inmolado para el perdón de los pecados. Lógicamente, esto podría sonar a una blasfemia, pues ¿quién es éste para perdonar los pecados si eso solamente lo puede hacer Dios? Entonces, la promesa de Jesús de ser él quien cargue con el pecado del mundo, escandaliza a sus seguidores, pues es equivalente a declararse Dios. Claro, para nosotros hoy en día es fácil comprender esto pues sabemos que Jesús es el Hijo de Dios.
  • Un segundo motivo de escándalo es la promesa que hace Jesús de vida eterna. El pueblo judío aún no tenía muy claro lo que pasaría luego de la muerte: para unos, ciertamente se esperaba la resurrección; para otros, todo quedaba allí, en la muerte, terminando definitivamente la existencia. Existía tanta discrepancia en este sentido que en alguna ocasión San Pablo aprovechó esas discusiones para desviar la mirada a las acusaciones hechas a él y lograr escapar. Lo cierto es que con la resurrección de Jesús, todas estas dudas terminan para nosotros, los cristianos. Sabemos que disfrutaremos de la vida eterna como un don regalado por Dios a la humanidad; sabemos que esa eternidad la podemos vivir en la plenitud del amor o en la soledad total, de acuerdo a las elecciones realizadas en esta dimensión llamada vida terrenal. Así, cuando Jesús dice que él es la vida eterna, entonces nos está diciendo que siguiendo su palabra y alimentándonos de él podremos disfrutar plenamente del amor de Dios que llega a su culmen en la eternidad.
  • Como tercer motivo de escándalo vemos que Jesús abre la puerta de la salvación. De esta manera, no se salvarán únicamente los israelitas, es decir el pueblo escogido, sino que se inicia un nuevo pueblo escogido, su Iglesia. La salvación no viene a través de un linaje, sino de la vida que el Espíritu Santo nos brinda y la manera como acogemos esa vida. El primer movimiento de llamada lo hace Dios padre y así deja de ser la salvación algo garantizado por pertenecer a un pueblo, siendo gracia de Dios ofrecida a todos pero solamente aceptada por algunos, es decir por quienes no se escandalizan de la Palabra de Dios que es Jesucristo.
  • El cuarto motivo de escándalo es más profundo y pienso que aún hoy en día puede ser escandaloso para algunos. Lo encontramos en la frase que hemos comentado la semana pasada, pero que hoy enfocamos desde otra perspectiva: “Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”. En cada consagración nos insertamos en la ofrenda del cuerpo y sangre de Jesús que son entregadas por la salvación de todos. Pero esas palabras no las dice el sacerdote solamente en nombre de Cristo, sino en nombre propio, en nombre de la asamblea que celebra y de toda la Iglesia creyente. Cada cristiano ofrece su cuerpo y su sangre por la salvación del mundo. Esto puede ser lo más escandaloso, pues es el compromiso real del cristiano: ofrenda de amor a Dios y a la humanidad.
  • Por eso la pregunta que hace Jesús a los Doce también la dirige a cada uno de nosotros: ¿También ustedes quieren dejarme? Y es en ese momento cuando debemos optar, renovando o no nuestro compromiso cristiano de seguimiento, incluso en la cruz y el dolor.

Hagamos de la respuesta de Pedro nuestra oración del día de hoy: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.

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Néstor

Néstor Alberto Briceño Lugo nace en Caracas el 19 de septiembre de 1966. Luego de terminar sus estudios de Ingeniería Mecánica en la Universidad Simón Bolivar, ingresa en la Sociedad del Divino Salvador, donde recibe la ordenación sacerdotal el 24 de junio de 1998. Desde su adolescencia ha participado en grupos y actividades juveniles, desarrollando diversas labores para estar al servicio de los jóvenes en distintos ámbitos. Actualmente desempeña el rol de Asesor de Pastoral Juvenil de la Diócesis de Ciudad Guayana y es miembro activo del Equipo del Movimiento Juvenil Gaviota. También ha trabajado durante muchos años en la pastoral vocacional de su Congregación. Su curiosidad y la búsqueda de nutrir su ministerio con diversos conocimientos le han llevado a profundizar sus estudios con las maestrías en Procesos de Aprendizaje, Teología Espiritual y eLearning. En estos momentos está terminando su tesis doctoral en Teología Espiritual, especializándose en espiritualidad infantil y salvatoriana. Presta sus servicios como director del Centro de Estudios Pastorales Divino Salvador (CEPDISAL), asesora el Instituto de Pastoral Juvenil de Venezuela (IPJV) y es docente de la Universidad Católica Andrés Bello en Ciudad Guayana.