1er Miércoles de Adviento: Is 25,6-10ª Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte.»

La esperanza mesiánica me invita a no defraudarme. Tú, Señor, me has prometido que vendrás a salvarnos; por eso, aunque vea a mi alrededor desesperación y oprobio, aunque existan motivos para dejarse en manos de la tristeza, aunque la violencia reine en nuestro pueblo… aunque todas estas cosas sucedan, tu Palabra es más fuerte que esos males y se ha encarnado.

¡Aquí está nuestro Dios! Podemos gritar en cada Eucaristía y al encontrarnos con cada bautizado. ¡Aquí está nuestra salvación! Debe ser nuestro aleluya glorioso, a pesar de ser llamados a pasar por la cruz y su dolor natural, porque nuestro Dios nos ha prometido que su mano se posará sobre nosotros y nos curará.

Por eso, en este tiempo de adviento, en el cual me presento ante ti tal y como soy, Señor, no puedo llorar. Es tiempo de alegría, de gaita, de hallacas y beisbol. Es tiempo de hacernos como niños para esperarte en el pesebre, pero sobre todo para encontrarte en la vida. Es tiempo de gozar la salvación que nos regalas, un gozo mucho más profundo que cualquier otro, una alegría más portentosa que la de millones de cohetes. Porque tú, Señor, me das la esperanza y me sigues salvando.

¿Cuáles son aquellas cosas de las que me salva el Señor? ¿Realmente vivo el don de su salvación? ¿Vivo con el gozo de su gracia? ¿Permito que su mano se pose sobre mí para sanarme? ¿Es mi vida una fiesta gozosa donde se puede encontrar la presencia del Señor?

¡Dame, Señor, tu alegría eterna!

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Néstor

Néstor Alberto Briceño Lugo nace en Caracas el 19 de septiembre de 1966. Luego de terminar sus estudios de Ingeniería Mecánica en la Universidad Simón Bolivar, ingresa en la Sociedad del Divino Salvador, donde recibe la ordenación sacerdotal el 24 de junio de 1998. Desde su adolescencia ha participado en grupos y actividades juveniles, desarrollando diversas labores para estar al servicio de los jóvenes en distintos ámbitos. Actualmente desempeña el rol de Asesor de Pastoral Juvenil de la Diócesis de Ciudad Guayana y es miembro activo del Equipo del Movimiento Juvenil Gaviota. También ha trabajado durante muchos años en la pastoral vocacional de su Congregación. Su curiosidad y la búsqueda de nutrir su ministerio con diversos conocimientos le han llevado a profundizar sus estudios con las maestrías en Procesos de Aprendizaje, Teología Espiritual y eLearning. En estos momentos está terminando su tesis doctoral en Teología Espiritual, especializándose en espiritualidad infantil y salvatoriana. Presta sus servicios como director del Centro de Estudios Pastorales Divino Salvador (CEPDISAL), asesora el Instituto de Pastoral Juvenil de Venezuela (IPJV) y es docente de la Universidad Católica Andrés Bello en Ciudad Guayana.