Ideas para la meditación del Evangelio del 2do domingo de Cuaresma ciclo B (04-03-2012):
El Evangelio de hoy nos presenta la Transfiguración del Señor. Éste fue un fenómeno mediante el cual Dios Padre manifestó la gloria del Hijo a Pedro, Santiago y Juan. Fue la unión momentánea de cielo y tierra; del pasado, el presente y el futuro, es decir, un momento de eternidad.
Las vestiduras de Jesús cambian a un blanco esplendoroso, “con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra”, denotando el texto con esa frase el carácter sobrenatural del acontecimiento.
Junto a Jesús aparecen Elías y Moisés, quienes representan la tradición profética del pueblo de Israel y la ley de Dios. Con este símbolo se quiere expresar que en Jesucristo hallan armonía y plenitud la ley y los profetas, dándole un nuevo sentido de transformación en el amor a la expresión religiosa del pueblo de Israel.
También se escucha una voz del cielo, reafirmando que Jesucristo es el Hijo amado del Padre y mandando a los apóstoles a escucharle. Es una orden que también nos llega a nosotros: contemplar a Jesucristo como el ser humano perfecto, siguiéndole en su camino al Calvario para poder resucitar con Él; haciendo vida su Palabra. Escuchar a Jesús implica luchar por vivir amando a todos, haciendo fraternidad con quienes nos rodean.
Ante su asombro por todas estas manifestaciones, Pedro quiere permanecer allí y hacer tres chozas para estos tres grandiosos personajes: Jesús, Elías y Moisés. Pero la vida del cristiano se transforma en una contemplación en la acción. Por eso, estas tres tiendas tienen lugar en la vida diaria, contemplando en cada persona esa filiación que Dios le ha regalado y luchando por hacer de la propia vida una profecía del amor del Padre a la humanidad.
Por último, ¿por qué la Iglesia inserta este texto en el tiempo de Cuaresma? En el camino de la vida encontramos muchísimos momentos amargos, de cruz y dolor. Pero también debemos abrir los ojos a esos pequeños momentos que se nos presentan como manifestaciones de Dios para animarnos y darnos esperanza en la resurrección final. Si estamos claros y creemos en ese último encuentro con Dios que será eterno en la resurrección, entonces podremos cargar con una actitud de verdadero amor a Dios y nuestros hermanos nuestras cruces diarias.